lunes, 21 de abril de 2014

El Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)



Nombre científico: Phalacrocorax carbo
Orden: Pelacaniformes
Familia: Phalacrocoracidae
Longitud: 80-100 cm
Envergadura: 1,3-1,6 m
Peso: 2-2,5 kg
Vida social: Bandadas
Longevidad: Hasta 15-20 años

Algo parecido a un pato negro con pico afilado, se trata de un ave marina de gran tamaño: El Cormorán grande. Su plumaje es negro, con un cuello más bien largo que al volar encogen un poco recordando a las eses de una serpiente. El pico es largo de un color grisáceo con un gancho al final y la región gular (lo que diríamos que es la papada en los humanos) es de un color amarillo. La garganta y las mejillas son blancas.
 Dibujo de Cormorán por Noelia Martín.
 
Cormoranes.
Cuando se encuentran en época de reproducción, es decir, emparejándose, haciendo el nido, incubando… el plumaje nupcial (por lo de la boda…) se aclara en la cabeza y los lados, apareciendo plumas blancas.
Las hembras y machos adultos de esta especie no presentan una diferencia de color de plumaje tan sólo un poco en el tamaño. Los juveniles en cambio, presentan otro color o tonalidad en sus plumas siendo marrones y mezclándose con plumas blancas en el torso, pecho y laterales del cuerpo.

Se considera un ave invernante, que viene a pasar el invierno al calor de la Península Ibérica donde encuentran más alimento que en sus países de origen. Suelen venir entre septiembre-octubre y se quedan hasta marzo o mayo. Esto depende de la climatología que haya cada año.

Aunque a simple vista son muy similares, existen dos subespecies que invernan en la Península Ibérica:
Phalacrocorax carbo carbo, proceden en su mayoría de Irlanda y Gales y en menor proporción de Escocia, Inglaterra y las Islas del Canal. Esta subespecie prefiere las zonas costeras de Galicia, Asturias y Cantabria aunque también en parte en el País Vasco y el litoral portugués prefiriendo menos la costa mediterránea.
Phalacrocorax carbo sinensis, llegan principalmente desde Holanda, Dinamarca y algunos países del Este. En la Península Ibérica se distribuyen por zonas interiores, más continentales, aunque también por zonas costeras como la anterior.

La diferenciación en campo se hace complicada, puesto que aunque la subespecie sinensis es de menor tamaño que carbo, ya sabemos que la comparación de tamaños a simple vista puede ser muy relativa. También lo es el color del plumaje, que en el caso de subsp carbo tiene unos tonos más oscuros y subsp sinensis más claros con más manchas blancas alrededor de la cabeza puede confundirse en la época reproductora.
 
 Cormoranes en peñas.

En Inglaterra, dónde cuentan con grandes estudiosos apasionados de la ornitología han descubierto la manera concreta de diferenciarlos; midiendo el ángulo de la región gular tal y como veis aquí debajo:
Así que el que tenga paciencia, buen ojo y un trasportador en el campo que haga la prueba.

Su alimentación básicamente es de peces, llegando a zambullirse varios metros para capturarlos. Puede comer hasta 500 gramos al día, lo que le ha valido mala fama entre los humanos por considerarlo competencia.

Hasta hace unos años las poblaciones en toda Europa habían disminuido considerablemente, fue a partir del los años 80 cuando los cormoranes comenzaron a ser protegidas por ley, con la transposición de los países del Convenio de Berna relativo a la conservación de la flora y de la fauna silvestres, concretamente aquellas especies y de los hábitat cuya conservación requiera la cooperación de varios Estados y en especial especies amenazadas de extinción y vulnerables, incluyendo las migratorias. Es aquí donde se incluyó al mal llamado “bicho malo”, el Cormorán grande, que hasta esos años era cazado indiscriminadamente en varios países durante la invernada impidiendo que regresaran a sus países de origen y por tanto sin dejar descendencia que asegurara el número de la especie.

Aunque hay quien se olvida de ello y decide tirarle durante la época de caza como si de un pato más se tratara.
En los últimos años se han observado parejas reproductoras en embalses de interior de la Península Ibérica, en zonas húmedas de Ciudad Real y Extremadura, en las que la ley autonómica los considera “De especial interés”, donde construyen sus nidos en copas de los árboles o roquedos interiores aislados lejos de sus posibles depredadores.
 
Se agrupan en salientes o rocas en los ríos después de haber pescado.
 
Frecuente se observan abriendo las alas con el fin de secar su plumaje.